La rinoplastia o cirugía de nariz es una intervención quirúrgica que consigue devolver la armonía estética a la nariz.
Algunos transtornos estéticos, como la llamada “giba ósea” (la protuberancia que sobresale del dorso de la nariz), las desviaciones de la nariz, las anomalías de la forma de la punta nasal, las malformaciones del nacimiento, los traumatismos nasales y algunas enfermedades que afectan a este órgano pueden ser tratadas mediante rinoplastia.
Cuando el problema es una obstrucción nasal con dificultad para la respiración debida a una desviación del tabique nasal o “septum nasal”, se hará uso de una septoplastia. Rinoplastia y septoplastia pueden utilizarse juntas, en el mismo acto quirúrgico, tratándose entonces de una septorrinoplastia.
Existen principalmente dos tipos de abordaje en rinoplastia: abierto y cerrado. En función de los casos puede elegirse uno u otro tipo de abordaje. La rinoplastia cerrada fue descrita en 1904 por Jacques Joseph. En ella todas las incisiones se realizan por dentro de las fosas nasales, no presentando cicatrices externas. La rinoplastia abierta fue ideaada por Emil Rethy en 1934. En ella se practica una incisión en la base de la nariz, resultando en una cicatriz casi imperceptible.
Después de la cirugía, el paciente permanecerá con una férula que evitará movimientos y desplazamientos, asegurando un resultado estético óptimo. El paciente deberá de tomar antibióticos y analgésicos durante una semana.
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RINOPLASTIA DE REDUCCIÓN
El dorso nasal puede requerir aumento, disminución o alineación. La rinoplastia de reducción o disminución del dorso nasal está indicada en aquellas narices que presentan el llamado “perfil de bruja”, con un dorso prominente que interfiere en la correcta armonía facial.
Éste es el tipo de rinoplastia más frecuente. Consiste en la eliminación del hueso y el cartílago que hacen que el dorso nasal presente una “giba” o protuberancia.
Una vez retirado el material sobrante, es necesario practicar unas osteotomías o fracturas dirigidas a los huesos nasales, para asegurar que la forma final sea la correcta y evitar la complicación “open roof”, en la que tendríamos un dorso irregular. Los resultados estéticos suelen ser muy satisfactorios, y son apreciables durante la cirugía.
La disminución del dorso nasal puede practicarse bajo anestesia local con sedación o bajo anestesia general, según desee el paciente y/o según la complejidad de la cirugía.
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Rinoplastia de aumento
La rinoplastia de aumento, que implica el aumento del dorso nasal, suele ser requerida en personas con poco puente, como individuos de origen asiático o africano.
Este tipo de procedimiento también se puede practicar a pacientes con deformidades postraumáticas o quienes han sido sometidos a una rinoplastia previa con recesión excesiva del dorso.
Para el aumento del dorso nasal es común el uso de injertos cartilaginosos que se obtienen del tabique nasal o, en ausencia de éste, del cartílago de la oreja o de una costilla del propio paciente. Estos injertos se introducen y se ubican sobre el dorso para aumentar su volumen.
El aumento del dorso nasal puede practicarse bajo anestesia local con sedación o anestesia general, según desee el paciente y/o según la complejidad de la cirugía.
Evaluamos tu caso
La rinoplastia de reducción está indicada en aquellas narices que presentan un dorso prominente que interfiere en la correcta armonía facial. La rinoplastia de aumento suele ser requerido en personas con poco puente, como individuos de origen asiático o africano. La septoplastia se realiza para corregir problemas de respiración ocasionados por un tabique desviado, que puede interferir con el paso del aire a través de la nariz. La septoplastia se puede llevar a cabo al mismo tiempo que una rinoplastia, intervención conjunta a la que llamamos septorrinoplastia.
Esta cirugía suele practicarse bajo anestesia general, aunque en casos seleccionados puede desarrollarse mediante anestesia local con sedación.
Tanto la intervención como el tratamiento pre y postoperatorio serán realizados por el doctor Joan San Miguel Moragas en la reconocida clínica Pedralbes Clinic, situada en el Paseo de Manuel Girona, 14, en Barcelona. Descubre una de las clínicas más modernas de Europa, con lo último en equipamiento y el mayor confort.